Para conseguir máxima comodidad y un look único y atemporal, lo primero que hay que hacer es coger el lazo de la alpargata desde atrás y llevarlo hacia delante. Una vez hecho este cambio de tiras, hay que introducir el pie correspondiente por el círculo que forma la lazada y ajustamos bien al tobillo. Es importante no olvidar que el primer cruce vaya hacia delante para que no se caigan y después cruzarlo nuevamente hacia atrás y así sucesivamente hasta que termine la lazada.
Un truco de experto es que todas las tiras queden a la misma altura para así crear un efecto óptico que estiliza más a la pierna. Y por último, ¡haz un lazo en el lateral! Pruébalo con la Alpargata Cuña Nácar.