Puede que las hayas llamado “merceditas” toda la vida o que te suene más el nombre “Mary Jane” si eres de leer revistas o blogs de moda. Pero… ¿son lo mismo? ¿O hay alguna diferencia en estos zapatos tan icónicos?

La verdad es que sí, hablamos del mismo tipo de calzado: un zapato cerrado, generalmente plano o con tacón bajo, con una tira (o varias) sobre el empeine y hebilla al costado. Un diseño que muchas recordamos desde niñas, pero que con el tiempo ha sabido reinventarse y adaptarse a estilos mucho más adultos, actuales y, por qué no decirlo, irresistibles. Y que, por supuesto, puedes encontrar en nuestro catálogo de calzado de mujer.

Hace varias temporadas que los zapatos Mary Jane llegaron para quedarse. Pero este año, han resurgido con más fuerza que nunca, consolidándose como una de las tendencias más poderosas. Podemos decir que estas encantadoras merceditas son sinónimo de elegancia y versatilidad. Este tipo de calzado se convirtió en uno de los grandes símbolos de la moda más urbana gracias al personaje de Carrie Bradshaw en “Sexo en Nueva York”. Desde entonces, no puede faltar en el armario de cualquier mujer.

Un básico que se adapta a ti

Lo maravilloso de este tipo de zapato, lo llames como lo llames, es su versatilidad. Se lleva con vestidos fluidos, con jeans rectos, con faldas midi o incluso con trajes.

No hay edad ni ocasión fija para lucirlos. De hecho, esa es su mayor fortaleza: que tienen la capacidad de acompañarte en el día a día, sin robar protagonismo, pero sumando siempre un detalle cuidado al look.

¿Con qué material están fabricadas?

Una de las razones por las que las merceditas siguen siendo un zapato tan presente en nuestros armarios es la enorme variedad de versiones que existen. No solo cambian los estilos o colores, también los materiales, lo que permite que se adapten a cualquier temporada, ocasión o look.

Las más clásicas suelen estar fabricadas en piel natural, un material que aporta elegancia, resistencia y una comodidad que mejora con el uso.

También es común encontrarlas en ante (en este otro post ya te explicamos qué es el ante), ideales para looks de entretiempo. Y para quienes buscan algo diferente con un toque de brillo, están en charol, como en sus inicios empezó la mercedita. En temporadas de calor, triunfan las versiones en tejidos ligeros como lona o algodón.

Lo bonito de este zapato es que, con un mismo patrón base, puede encontrar muchísimas interpretaciones distintas: planas o con tacón, con una sola tira o varias, en tonos neutros o en colores más atrevidos.

En resumen, merceditas o Mary Jane, da igual cómo las llames: lo importante es cómo las llevas. Son ese zapato que acompaña sin imponer, que suma sin esfuerzo y que siempre encuentra su lugar en cualquier armario. Y si aún no tienes unas, quizá sea el momento de descubrir con Monpiel por qué nunca pasan de moda.